sábado, 21 de enero de 2012

Piden a instituciones ayudar con refugio para mujeres maltratadas

Municipalidad de Trujillo y Centro de Emergencia Mujer

El maltrato físico y psicológico que sufren las mujeres, especialmente las más humildes, es muy frecuente en nuestro medio y con mayor incidencia en sectores poblacionales urbano marginales. Estas víctimas, cuando requieren el apoyo, pasan toda una odisea a veces sin resultados favorables.
La subgerente de Derechos Humanos de la Municipalidad Provincial de Trujillo, Liliana Vásquez Rumiche, y la coordinadora del Centro de Emergencia Mujer (CEM), Sandra Gastañudí, revelan casos en los que se nota la urgencia de contar con refugios para las mujeres maltratadas y sus menores hijos, cuando no tienen familiares cercanos dónde acudir.

En reflexiones hechas por ambas servidoras ediles, responsables de encontrar soluciones urgentes a casos de mujeres maltratadas, manifestaron que cuando las acompañan para sentar una denuncia en alguna comisaría, ni siquiera hay una silla o una banca donde la víctima del maltrato pueda sentarse a descansar, sin embargo un delincuente si lo tiene, dijeron.
El CEM, bajo la administración de la Municipalidad de Trujillo, aumentó sus servicios a favor de quienes sufren maltratos y abuso sexual, y por este buen servicio la demanda va en aumento, no así los recursos transferidos por el MIMDES a la comuna provincial de Trujillo, que se vio obligada a incrementar el personal y dotarlos de infraestructura.
Esta semana, una joven mujer (18), natural de Ayacucho, que viajaba de Pacasmayo a Chimbote, huyendo del maltrato de su pareja, pasó la noche deambulando por Trujillo y en horas de la madrugada llegó al local del CEM, en el jirón Grau. Las servidoras al llegar a trabajar la encontraron allí, abandonada y sin saber qué hacer.
Luego de ser atendida, comentó que antes que vivió en Lima y en su adolescencia fue abusada sexualmente por parientes; después se trasladó a Chimbote donde a los 14 años se unió a un hombre con el que tiene un niño de dos años. Pero estando viviendo en Pacasmayo recibía maltratos físicos del  padre del niño, quien la despidió con 50 soles para que regrese a Chimbote, junto al menor.
Al llegar a Trujillo para tomar otro bus con destino a Chimbote, el taxista que lo llevó a la agencia de transportes le devolvió el billete de 50 soles, manifestando que era falso, por lo que ya no pudo viajar y tampoco usarlo para otras necesidades.
Muy difícil fue encontrar un refugio para la madre y su hijo, felizmente se consiguió el apoyo del Centro de Atención y Educación a la Familia, ubicado en el sector El Tanque, de la campiña El Bosque, donde fueron atendidos por Judith Villalobos y María José Meléndez, que con mucho esfuerzo albergaron al niño.
Por esa razón, la funcionaria edil sugirió a la gerente de Desarrollo Social de la Municipalidad Provincial de Trujillo, Tania Baca Romero, elaborar un proyecto que permita contar con un refugio para mujeres maltratadas y pedir a las instituciones y ONG su actitud solidaria con las mujeres que requieren de esta ayuda por parte de la sociedad.